Londres, 24 jun (Prensa Latina) El vicepresidente de Facebook, Nick Clegg, admitió hoy aquí que existe una necesidad urgente de establecer mayores regulaciones para proteger la privacidad y los datos personales de los usuarios de internet.
En declaraciones este lunes a la emisora Radio 4 de la cadena BBC, Clegg aclaró, sin embargo, que deben ser los políticos democráticos, no las empresas privadas, los encargadas de trazar las pautas.
De acuerdo con el directivo de Facebook, un liberal demócrata que fue viceprimer ministro británico entre 2010 y 2015, bajo el gobierno conservador de David Cameron, las grandes compañías digitales como la que ahora dirige , deben actuar con madurez, en lugar de oponerse a las regulaciones.
En abril pasado, el gobierno británico anunció un proyecto de ley que pretende obligar a las empresas proveedoras de internet a responsabilizarse con los contenidos que publiquen sus clientes.
La propuesta, que está siendo sometida a consulta, responde a la actual preocupación por el aumento de publicaciones online que promueven la violencia, alientan al suicidio, y exponen a los niños al acoso y otros materiales inapropiados.
De ser aprobada por el Parlamento, el nuevo órgano regulador tendrá potestad para imponer fuertes multas a las compañías, bloquear el acceso a sus sitios digitales, e incluso exigir responsabilidad penal a sus dueños.
Interrogado al respecto este lunes, Clegg dijo estar de acuerdo con la medida, aunque advirtió contra el riesgo de «botar al bebé junto con el agua sucia de la bañera», y que se impida a las compañías realizar innovaciones.
La tecnología en sí no es buena o mala, sino que es utilizada por gente buena o mala con propósitos buenos o malos, apuntó.
En otro momento de la extensa entrevista, Clegg afirmó que no existen pruebas de que Rusia utilizara Facebook para influir en el referendo sobre el Brexit de 2016, tal y como se alegó tras el escándalo de la firma Cambridge Analytica.
Las raíces del euroescepticismo británico son muy profundas, aseveró el directivo, en alusión al resultado de la votación, en la que el 52 por ciento de los electores del Reino Unido votó a favor de abandonar la Unión Europea.